No quiero bailar entre tus brazos quiero bailar entre tus dedos. Quiero mover mi cuerpo a ritmo de las yemas de tus dedos, seguir el ritmo acompasado del latido de tu corazón, refugiarme entre el suave vaivén de tus sabias caderas, esas que me conocen más que yo misma.
Dejarme llevar con la música acelerada que marca nuestro aliento, cantar tu nombre en octavas irreales, escandalizar a los vecinos con la percusión de nuestra cama, ser la bailarina que obedece sin rechistar a la maestría de tus manos, tus dedos. Sigo el compás de tu placer.
Subir el volumen para no perderme ni una sola de las notas que brotan de tu interior, pulsar los botones de encendido de tu cadena de música, cantar a dúo la melodía adulta, romántica, erótica, que hace que quiera bailar sin parar hasta el amanecer.
Bailar entre sábanas blancas mientras componemos nuestra sinfonía, obra de arte que hace que mis cinco sentidos se sensibilicen. El Olfato, que se impregna de todo tu olor de mujer. El oído, escucho cada uno de tus suspiros, de tus gemidos. El tacto, las yemas de tus dedos saben como tratarlo. La vista, imposible que no se agudice ante esas curvas. El gusto, nunca probé algo tan sumamente delicioso.
No sé si quiero danzar bajo la influencia de tus encantos o correr, correr después de bailar toda la noche, correr juntas hasta el final de la canción que no podemos evitar bailar juntas, aunque sean tus dedos los que marquen el ritmo y mi cuerpo su fiel y obediente esclavo.
Quiero bailar entre tus dedos, quiero bailar entre tus caderas. Baila conmigo, canta conmigo, corre conmigo...
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