viernes, 27 de noviembre de 2009
La violinista
jueves, 26 de noviembre de 2009
La cuenta cuentos lesbiana
En muchas ocasiones la monotonía no nos permite ver la magia que tenemos a nuestro alrededor...
Los niños ya no leían cuentos, se entretenían con la televisión, las videoconsolas o con los teléfonos móviles y los cuenta cuentos se conformaban con ir de vez en cuando al colegio a contar historias contratados por alguna asociación de padres o a alguna cafetería donde la media de edad superaba con creces los dieciocho años. Algunos relataban sus historias en alguna olvidada Bitácora de Internet, como era el caso de la cuenta cuentos lesbiana, pero este personaje no era uno más, era una cuento cuentos mágica.
-Oye, ¿Sabes que la cuenta cuentos es lesbiana?-decían algunos al escuchar aquellas historias tan femeninas.
-Si, ¿Sabes que el vecino del cuarto es heterosexual?-respondía ella si llegaban a sus oídos los comentarios.
La chica de los cuentos se inspiraba gracias a los pequeños y mágicos amigos que la visitaban por las noches, las ratoncitas, los peluches y una larga lista que ayudaban a mantener viva su imaginación y la de aquellos pocos que leían o escuchaban sus historias. En más de una ocasión, sus pequeños seres nocturnos, se desplazaban a las casas de los que conocían su existencia, gracias a los cuentos, para cometer alguna que otra pilleria o hacer soñar a alguien capaz de creer en ellos.
Pero la cuenta cuentos no podía hablar siempre con sus amigos mágicos, solamente era capaz de verlos en caso de estar enamorada o feliz y además no debía preocuparse demasiado por las cosas mundanas del día a día ,porque la magia desaparecería para siempre.
Ella solo podía enamorarse de chicas, nunca supo explicarle a alguien las razones, pero dicen que cuando te enamoras no eres capaz de controlar tus impulsos simplemente sucede. Tenía la suerte de tener a su lado a otra magnifica mujer que aunque no veía a los pequeños amigos de su novia creía en ella y la apoyaba en todo momento, a la cuenta cuentos no le preocupaba su falta de inspiración ya que cumplía el primer requisito indispensable, estaba enamorada de una chica y además era correspondida,
Pero llego un día en el que ya no pudo escribir más, buscó a sus amigos y no estaban allí, le pregunto nerviosa a su bolígrafo mágico, que siempre la acompañaba, pero de pronto era un objeto como otro cualquiera, inerte. Fue corriendo a encender su ordenador y no le dijo más que el sistema operativo que llevaba dentro. La cuenta cuentos no sabía porque aquello estaba sucediendo, comenzó a preocuparse cada vez más sin darse cuenta de que con ello alejaba a sus musas. En el trabajo también empezó a estar irascible y malhumorada, a los pocos meses la chica ya no era capaz de escribir ni una carta.
Su novia vio todo lo que estaba pasando, en un principio creyó que ya no la querían, hasta que con paciencia descubrió que el estrés laboral y los problemas diarios la estaban consumiendo, una noche cansada ya de tantos nervios secuestró a la cuenta cuentos, la metió en el coche y la llevo a un lugar mágico, el parking donde iban a estar juntas antes de tener un techo donde cobijarse a solas, con este detalle la pluma volvió a escribir y su blog fue leído de nuevo.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
El imán de la nevera
Estaba pasando una noche horrible, de esas en las que hace frío te duele la garganta y aún encima no puedes dormir. No tenía una gran inspiración para contar nada en ninguna de mis bitácoras y quedaban pocas horas para comenzar el día e ir a trabajar así que decidí utilizar el antiguo método de tomar un vaso de leche caliente antes de acostarme. Armada con dos capas de ropa encima cual esquimal en el polo norte, me dirigí en la oscuridad hacía la cocina donde escuché unos leves ruidos en la puerta de la nevera, las gotas de agua golpeando en el fregadero y la aguja segundera del reloj de la pared recordando que pronto sería la hora de levantarse de nuevo.
Mi novia estaba en un congreso de trabajo y no llegaría hasta el fin de semana, eso para mí era una terrible situación, ya que me había acostumbrado tanto a dormir con ella, que ahora no era capaz de dormir sola en el fondo me tenía demasiado mimada. De nuevo escuche el ruido de la nevera, abrí la puerta cogí la leche e hice todo el proceso para poder beber mi taza de leche con cacao, me senté a la mesa y de pronto sentí como algo pasaba por encima de mi hombro y caía sobre la mesa casi dentro de la tan ansiada taza de leche caliente, era uno de los imanes decorativos del frigorífico el que tenía forma de tigre.
Sorprendida me disponía a colocarlo de nuevo en su sitio cuando se removió de mi mano y salto de nuevo a la mesa. Abrí la boca de la impresión y acerque mi cabeza al felino imán para verlo de cerca y cerciorarme de que aquello no era un sueño.
-No me mires así, tu ya sabes de sobra que existimos, cuentas cuentos gracias a nosotras, por lo menos déjanos unas horas para descansar y deja de gruñir!!!!-dijo la tigresa con tono de enfado.
-Es mi casa, además yo tampoco puedo dormir-repliqué casi pidiendo disculpas.
El imán salto a mi hombro y esperó, no con demasiada paciencia, a que me terminase mi vaso de leche que acompañé con galletas. Durante todo ese tiempo no hizo mas que decirme que debería preparar una sorpresa para que cuando llegase mi novia de su viaje de trabajo no me encontrase ojerosa, gruñona y casi deprimida. Molesta por las imposiciones de aquella gata salvaje de nevera abandoné la cocina para por fin poder dormir unas horas.
Cuando me desperté no tenía muy claro si todo aquello había sido un sueño, pero decidí hacerle caso al imán, ya que quedarme llorando en casa no era una buena forma de demostrarle a mi futura mujer que la había echado de menos. Reservé unas rosas, compré unas botellas de vino y anoté para el día siguiente el menú para preparar una romántica cena. Esa noche dormí profundamente y sin pesadillas.
Al día siguiente terminé los preparativos de la cena, me puse guapa y... cuando entró por la puerta me abalancé en sus brazos como si no la hubiese visto en tres meses (realmente esa era la sensación que tenía) Ella agradeció el recibimiento y la cena. Además como la noche anterior había descansado bastante bien, pasamos una velada nocturna de lo más agradable eso si, cerrando la puerta de la cocina por posible arañazos gatunos. La mejor forma de no pensar en negativo es obligarse a hacer cosas positivas, en este caso por lo menos ha funcionado.
martes, 24 de noviembre de 2009
Las tortugas (Porque las lesbianas tambien llegamos a abuelas)
Eran las más viejas de todo el bosque, tranquilas y relajadas caminaban a su paso sin que les importase lo más mínimo lo que pasase a su alrededor, ellas siempre iban juntas y el resto de los animales del bosque decían que aunque eran viejas y lentas su valentía e inteligencia les tenía salvado de algún peligro en más de una ocasión. Las tortugas no eran una pareja demasiado social ya que su edad y su velocidad no les permitía salir a las fiestas en el claro del bosque, además aunque ellas se conservaban muy bien, sus amigos tenían algún que otro achaque y los jóvenes de hoy ya no respetaban tanto las canas como antes.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
La anti-sistema y la “chica clásica”
Basada en una historia real esta es la demostración empírica de que los polos opuestos se pueden atraer además una manera de demostrar que existen lesbianas de todo tipo lo de las camisas de cuadros ya no se lleva...
Era una chica rebelde luchaba por un mundo mejor, su estética gritaba por todos los lados lesbiana y revolucionaria camisetas ajustadas del Ché, boinas con la bandera de la II república española, palestinas todo eso mezclado con un pelo corto engominado formando pinchos y acompañado por unas botas militares. Le gustaba leer, le apasionaba el cine clásico y se pasaba horas en movimientos sociales o manifestaciones según cuadrase el día.
Estaba soltera y no tenía la menor intención de tener una novia formal aunque en aquellos momentos no lo reconociese tenía miedo a que le hiriesen lo único contra lo que ella no se podía rebelar, su corazón. Como buena rebelde y joven de veinticinco años le encantaba salir de fiesta, así que esa noche cuando su amigo de toda la vida la fue a buscar, no pensó en lo que llevaba puesto y se fue de marcha dispuesta a terminar con todas las botellas de ron del local. Entre chupito y chupito al final de la noche se fue con su amigo heterosexual a su bar de ambiente preferido a ver que encontraba para terminar la fiesta.
Nada más llegar al local una amiga fue corriendo a saludarla “Vaya horas chica, alguien te quiere conocer”. Siguió a su amiga hasta la barra del local y la vio era estéticamente todo lo contrario a ella, pelo suelto y liso, ropa elegante... aquella chica desprendía un aire de timidez que jamás había visto en un local gay, realmente parecía sacada de un colegio privado o algo parecido, pero el corazón de la rebelde se desboco. La chica anti-sistema se quedo mirando a los ojos grandes y hermosos que la miraban como si la estuviesen analizando centímetro a centímetro. Después de una presentación un tanto extravagante de la amiga en común y unas cervezas sumadas a los chupitos anteriores encima, la rebelde se atrevió a hacer una declaración “hasta que seas mía no voy a parar” lo que provoco una carcajada a su recién presentada amiga.
Durante las siguientes semanas se hicieron muy amigas, hablaban de filosofía, de cine, de libros, se contaban intimidades y como en toda relación de lesbianas que se precie se consolaron mutuamente por el daño sus malvadas ex les habían infligido. Nadie se explicaba como aquellas dos mujeres a simple vista tan diferentes se podían llevar tan sumamente bien, desde fuera era como si un ángel y un diablo se hiciesen íntimos amigos y creédmelo se hicieron tan amigas que a la valiente y lanzada rebelde le costo un ataque de celos poder besar a su nueva amiga. Tanto se enamoró de ella que se sentía como una niña de quince años cada vez que la miraba a los ojos, temblaba de pies a cabeza.
Se besaron si, después de semanas de cortejos y largos cafés hasta horas de la madrugada, se besaron en la puerta de un local, no pudieron explicar lo que en aquel beso sintieron pero desde aquel momento y en aquel segundo fueron conscientes de que les iba a ser muy complicado separarse la una de la otra, ese beso abrió la caja de Pandora escondida en el pecho de ambas y marco el inicio de una relación larga pero no sin complicaciones.
CONTINUARÁ