jueves, 19 de junio de 2008

El libro de cuentos

¿Quién no ha leído un libro de cuentos alguna vez? ¿Quién no ha soñado con seres fantásticos rodeando un hermoso castillo? Todas podemos tener un libro de cuentos...

Por las noches cuando era niña me escondía entre las mantas a leer novelas fantásticas hasta el amanecer me hice mayor y otro tipo de literatura llego a mis manos, olvidando aquellas historias que me llevaban a mundos que creía reales y que inevitablemente me hacían soñar, crecer y amar.

Mi novia, que conoce mis gustos y considera que soy una eterna niña grande, me regaló un libro de cuentos, era un libro mágico, cada vez que abrías sus tapas leías una nueva historia, como si todos los cuentos del mundo se escondiesen entre sus duras tapas. Historias de dragones y princesas, de gnomos y elfas, de viajes a exóticos lugares... Tanto me emocionó y me encandiló aquel regalo que una noche decidí dejar la televisión de lado y contarle un cuento a mi amada compañera.

Colocamos cojines en el suelo, apartamos la mesa del salón y con un montón de golosinas y bebidas dulces nos ataviamos con nuestros trajes de noche especiales: unos enorme y cómodos pijamas con tiernos dibujos. Abrí el libro de cuentos por la primera página, aparecía un dibujo de un hermoso palacio con dos princesas agarradas de la mano bajo una puerta que daba paso al lujoso recinto.

“Erase una vez.....” comencé a leer, el ambiente era propicio para hacer volar la imaginación...

Mi novia me acompañaba a la entrada de un castillo, eramos dos princesas como las de los cuentos de hadas entrando en nuestro medieval hogar, teníamos de mascota un león dócil como un gatito, dormíamos en una alcoba con una enorme cama cubierta de sedas, nuestro reino estaba plagado de rosales y otras hermosas flores y el mar delimitaba las fronteras de nuestro reino.

En el cuento buscábamos la forma de terminar con un malvado Troll que amenazaba a las parejas lésbicas de nuestro sáfico lugar y como en todo cuento ganábamos y lo echábamos lejos de allí.

Después de terminar de leer aquel cuento donde nosotras eramos las protagonistas, decidimos leer otro, para ver si sucedía lo mismo y así fue, nos convertimos en unas feroces corsarias que surcaban los mares del sur en busca de veleros cargados de oro... Cuento tras cuento, nos dimos cuenta de que nosotras viajábamos de verdad a aquellos imaginarios lugares.

Decidimos guardar nuestro secreto y cuando queremos viajar o saber que nos depara el futuro, con nuestro libro de cuentos y nuestra imaginación mezclada con amor mutuo volamos a todos los rincones que deseamos visitar reales o no. ¿Quién puede asegurar que es real y que no?

Quizás vosotras también tengáis un libro de cuentos mágico donde todas habitemos en un plácido y tranquilo lugar llamado Tierra donde la homofobia no existe y el amor es solo amor seamos diferentes o iguales, donde los cuentos ganen la batalla a la competitividad desleal y donde cada personaje crea su propia historia. Si tenéis ese libro aunque solo sea en vuestra imaginación compartirlo, quizás una sonrisa cambie el mundo, si no es así por lo menos seréis un poco más felices.



miércoles, 18 de junio de 2008

El abrazo mágico

Podría vivir sin la luz del sol, podría pasarme el resto de mis días sin el olor del mar, pero jamás podría renunciar a tus abrazos

Una tarde paseando por el bosque un brillo hermoso y extraño salía de detrás de unos arbustos escondidos entre unos enormes y viejos árboles que llenaban de sabiduría y de respeto aquel mágico lugar. Estaba sola en el bosque por una gran tristeza que embargaba mi corazón, la realidad de los adultos intentaba terminar con el mundo de fantasía que me hacía soñar, reír, llorar y conocer seres mágicos que, de otra forma, jamás llegaría ni a imaginar.

Aquella luz, se desplazaba de un lado a otro de los arbustos incesantemente, de vez en cuando parecía incluso que llegaba a mover las ramas de los ancestrales guardianes del bosque que protegían los matojos de hojas. Como la curiosidad es una de las virtudes del ser humano, me acerqué sigilosamente a aquella luz juguetona, era una luciérnaga iluminando ese pequeño rincón apartado.

-¿Que buscas?- le pregunté

-No busco nada, estoy adornando este lugar para una fiesta-dijo la pequeña muy atareada- esta noche regresa mi mujer de un largo viaje y queremos darle una gran sorpresa.

Me senté al lado de los arbustos y colaboré con el pequeño insecto en los preparativos de aquel importante evento en su vida, pasaron varias horas y llego el momento de regresar a mi hogar, triste me despedí de mi pequeña amiga y emprendí el camino al hogar en una noche cerrada y tenebrosa.

Con la poca luz que dejaban pasar los árboles y la noche ya cerrada, me perdí inevitablemente en aquel lugar. Las sombras me asustaban, cada ruido, cada silbido provocado por el viento al pasar por la hojarasca me parecían voces de seres malvados que deseaban provocarme algún tipo de mal.

Recordé a mi nueva amiga la luciérnaga, así que busqué inútilmente las luces que desprendían aquellos alegres y útiles insectos, pero tampoco tuve éxito en aquella búsqueda. Agotada me acosté en las raíces de un enorme árbol a esperar la mañana y la luz del sol, solo pensaba en una cosa, tus brazos.

Estaba triste por la realidad del mundo que imponía sus normas y sus reglas del juego no siempre justas, triste por no poder gritarle al mundo que era una mujer amando al ser mas maravilloso jamás creado, otra mujer. Triste por no ser lo que aquellos adultos esperaban de mí. Pero algo cambio aquella noche sola en el bosque, nada puede sustituir el calor de un abrazo.

Creo que me quede dormida por el cansancio, cuando me desperté estabas a mi lado con una manta, me lancé a tus brazos como una niña de cinco años, apoye mi cabeza en tu pecho y el miedo al mundo despareció junto con la tristeza. La magia de tu piel pegada a la mía, de los latidos de tu corazón protegiéndome, tus brazos salvándome de todo mal . Tu abrazo me salvo de los seres de la noche y de una tristeza que me impedía regresar al mundo de los sueños.

Los abrazos alargan la vida de las personas, regalad abrazos a vuestros seres amados, veréis como en ese momento todos los males desaparecen de golpe

lunes, 9 de junio de 2008

La carrera de obstáculos

Todos tenemos una meta en esta vida, todos tenemos que superar carreras de obstáculos de vez en cuando y cuando tropezamos la mano que nos levanta es la que nos quiere de verdad.

Nunca se me dio demasiado bien el deporte y jamás entendí la palabra competición, supongo que mi forma de ver las cosas no encaja con las ansias de superación venciendo a alguien, creo que superarme a mi misma todos los días, en si ya es una gran batalla. Teníamos una carrera por delante, era tú carrera, podía abrirte las puertas para cumplir todos tus sueños; era una carrera de fondo, ardua y difícil, con enemigos voraces y sin escrúpulos que subían los listones de las vallas de salto por envidia, por miedo o simplemente porque les daba la gana.

En numerosas ocasiones me celaba de el entrenamiento de tu carrera te pasabas horas y horas estudiando el recorrido una y otra vez, a mi me encantaba cuando te sentabas en tu sofá con los libros pero de vez en cuando quería ser las hojas de papel acariciadas por tus suaves dedos de mujer.

No comprendía muchos de los conceptos de aquel recorrido marcados en aquel mapa, pero me daba igual, porque sabía que si lograbas cumplir tus sueños cumplirías los mios al verte feliz y realizada como profesional. Mi egoísmo sabía que si lograbas finalizar con éxito aquella aventura tu tiempo y tus atenciones serían para mí, mi corazón se aceleraba cada vez que una sonrisa tuya asomaba a tu cara, así que coloqué mi mano en la tuya convirtiéndome en tú copiloto, logrando así que tu triunfo fuese nuestro triunfo.

Nos engañaron con los mapas en más de una ocasión, en el recorrido aparecían caminos que en los libros acariciados por tus manos y memorizados en tú cabeza no se veían reflejados, nos exigieron más que al resto de participantes por ser dos, pincharon las ruedas de nuestro coche y nos obligaron a perder tiempo en relación a los demás competidores. Nos agotaron hasta que no pudimos más e incluso llegaron a tentarnos cuando mas sed teníamos con el abandono, pero nuestros sueños estaban en juego.

Tus sueños ahora son los mios, si tu corres yo lo hago contigo, si sufres y estas cansada me levantaré y continuaré por ti. Si nos adelantan, da igual cariño, solamente queremos llegar a la meta no ser las primeras. Como en Titanic “si saltas tú, salto yo” y con esa premisa llegamos al final con dignidad.

Si se puede imaginar, se puede lograr, así llevamos nosotras nuestra carrera, imaginamos el recorrido, imaginamos la meta, preparamos la siguiente competición y paso a paso, a nuestro ritmo lo conseguimos. ¡¡¡¡Ánimo!!! Recuerda nunca estarás sola, siempre estaré a tu lado, aunque a veces no lo demuestre lo suficiente.

Todos tenemos una mano que nos apoya y todas tenemos obstáculos que sortear pero con amor, tesón y paciencia siempre conseguimos lo que realmente deseamos, yo te deseaba a ti y ahora estoy a tu lado de copiloto.....



viernes, 6 de junio de 2008

La rana

Despues de un mes regreso con más historias, una bruja perversa me hechizó convirtiéndome en rana alejándome de este fantástico mundo de lecturas lésbicas...

Apenas podía recordar quien era, un dolor de cabeza me acompañaba las últimas semanas impidiendo la mayoría de los casos recordar que había sucedido hace cinco minutos así que tampoco sabía que era. Sentía como un ser maligno me controlaba, mi hábitat natural parecía extraño y desconocido para mi cuerpo, en tierra era patosa, mi mente me ordenaba ir a lugares duros y secos donde pudiese caminar pero mi cuerpo quería estar en charcas y humedales donde una agilidad casi misteriosa me permitía sobrevivir.

No puedo asegurar con exactitud cuantos días, meses o quizás años transcurrieron, pero aunque la sensación de estar controlada por un ser malvado continuaba, casi me había acostumbrado a mi nueva vida, vivía entre nenúfares con peces y flores, alguna que otra lata oxidada de coca-cola y mucha paz y tranquilidad... nada que quizás os pueda interesar.

Todo cambió una mañana, una hermosa imagen reflejaba el lago, era una mujer joven y triste que lloraba amargamente a la orilla de aquel estanque. Conocía a aquella mujer, era mi esposa, pero no podía ser porque yo... ¡¡¡¡Era una rana!!! No sabía que hacer ante aquella situación así que con mis pequeñas ancas salté hacía ella, caí en sus pies, temerosa de que pudiese hacerme daño, me quede quieta mirándole con mis ojos saltones intentando demostrarle que la persona por la que lloraba (aunque fuese una rana) iba a estar siempre a su lado.

Una parte de mi tenía un enorme pánico a sufrir algún tipo de daño físico pero la magia hizo su aparición, mi hermosa y triste mujer, me recogió entre sus manos me metió en una caja y me llevo de regreso a lo que un día fue mi hogar. “Espero que no quiera realizar un experimento de biología”, pensé con miedo. Al entrar en casa miles de recuerdos invadieron mi verde cabeza, recuerdos de abrazos, besos, caricias, olores, risas... Sensaciones placenteras recorrieron todo mi ser cuando ella acarició mi lomo con la yema de sus dedos ¿Como podría mostrarle quien era yo?

Me llevó al cuarto de baño y me colocó en la bañera para que estuviese cómoda, era una rana. Esa noche intenté analizar los sucesos que me llevaron a convertirme en un anfibio pero no era capaz, su presencia, su olor, sus lágrimas impedían que la razón gobernase mi mente. No soporto verla llorar. Salté hasta el pomo de la puerta, con mi pequeño tamaño empuje hasta quedarme si fuerzas consiguiendo que la barrera que me impedía llegar hasta mi amada desapareciese, brinque y corrí hasta sentarme de nuevo en su regazo. Ella de pronto se rió y sin pensarlo dos veces me besó.

De nuevo un enorme dolor invadió mi cuerpo, todo se desvaneció ante mis ojos pero era feliz, la horrible sombra malvada que me acompañaba ya no existía. Dormí casi en estado de coma durante días cuando por fin desperté ya no era una rana, era una mujer afortunada de tener como esposa a una mujer maravillosa. El miedo y el orgullo me convirtieron en rana apoderándose de mi, pero el amor y vuestros comentarios han hecho que este aquí de nuevo. Gracias


palyginti kainas