miércoles, 23 de enero de 2008

La princesa, la herrera y el dragón

Aventura de la escapada de las recién casadas a su nuevo hogar (viene del post anterior)


No todos los seres del reino estaban felices con la boda de la princesa con el joven caballero, (en realidad la hija del herrero) mientras la pareja ultimaba los detalles para su viaje a un castillo alejado para disfrutar de su intimidad, el malvado y temible conde Emilio, acechaba entre las sombras buscando un motivo, un detalle que pudiese utilizar en contra de la princesa.

El conde Emilio era un ser tenebroso, disfrutaba haciéndole daño a todas las personas que se acercaban a él, o simplemente que no pensaban u obraban como al conde le parecía correcto. Emilio no podía soportar que la princesa se hubiese casado con una persona más joven y fuerte que él y le producía urticaria el mero echo de ver a la bella dama feliz, así que, elaboró un plan para librarse de ese desconocido personaje que había conseguido enamorar y llevarse a la princesa.

El conde era un gran cetrero, tenía un búho que utilizaba para vigilar todos los movimientos de los seres del reino, ordenó al búho vigilar a la pareja , para saber la debilidad del caballero y librarse de él, lo único que tenía que hacer ahora era mantenerse a la espera y recibir la información que este inusual espía le proporcionaba.

Mientras tanto, la princesa y la herrera, disimulaban en publico su gran secreto, incluso descubrieron la forma de ponerle una pequeña barba a la herrera para disimular. En privado se besaban, se acariciaban, se surraban bellas palabras de amor al oído, y contaban los días que faltaban para ir por fin a su esperado nuevo hogar. Un día decidieron ir al lago a bañarse en el lago por la noche, cuando nadie las podía vigilar, se sacaron la ropa y el búho espía del conde, las descubrió.

Como el malvado ser, consideraba que las mujeres no sabían luchar y pelear, decidió esperar a su marcha al nuevo castillo, les preparó una emboscada para que la herrera cayese muerta, como mujer -según su lógica- no iba a poder resistir el ataque de sus hombres, contrató a dos mercenarios y se frotó sus frías manos imaginándose como la princesa caería en breve en sus brazos buscando consuelo.

Al igual que las muchachas no contaban con este inesperado ataque, el conde no contaba con que la herrera tenía una protección oculta; un dragón la protegía, cuando era niña, la herrera protegió un huevo de dragón solitario y desde aquella tenía los favores de este mágico animal, que la defendía de todo mal.

Llego el día, las mujeres partieron felices hacía su hogar, llevaban un carro lleno de regalos y un amor que las acompañaría en ese viaje y para el resto de sus días, al caer la noche, acamparon en el medio de unos arboles que las protegían del frío. Comenzaron a escuchar ruidos de cascos de caballos y vieron a un grupo de hombres armados dirigiéndose hacía ellas.

La herrera llamo a su amigo el dragón para que las protegiese por si sucedía algo que no pudiesen solucionar. De repente los hombres vieron un enorme dragón rojo que salía del bosque donde dormían las mujeres, los caballos se desbocaron por el miedo, y los que continuaron el camino para hacerles daño a las protegidas del animal, fueron derribados por el coletazo del protector. El dragón dirigió su vuelo a casa del conde Emilio, y echo fuego por la boca y rugió simplemente por asustar al malvado ser.

La princesa y la herrera continuaron su camino, a veces, lo que no se conoce, es lo mejor que te puede suceder.

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